El homicida suicida amenazaba constantemente a su ex-pareja
YAMASÁ. El sargento mayor de la Armada Dominicana que en la
noche de este jueves mató a la madre de sus dos hijos y a su ex-suegra, hirió a
otras dos personas y luego se suicidó en Yamasa había emplazado a su
ex-concubina, de quien estaba separado desde hacía seis meses a regresar con él
o “atenerse a las consecuencias”.
Así lo relata Emilia de León Báez, hermana de Aurelina de
León Payano, de 25 años, e hija de Juana Báez de León, de 44, ambas asesinadas
por Fidel de Paula Amador.
Cuenta Emilia: “La mañana del pasado martes, nosotras
estábamos caminando, y cuando veníamos de allá para acá él la llamó, yo le dije
que la esperaba. Hablaron, y cuando volvió me dijo que él le había dicho:
‘Tienes 15 días para volver a la casa o verás lo que va a pasar’”.
Expresa, sin embargo, que nunca pensó que el militar, quien
estaba asignado al Cuerpo Especializado de Seguridad del Metro de Santo Domingo
(CESMET) cumpliría con esa amenaza.
La mujer, que es la esposa de Luis Arturo Canela y madre de
un niño, también heridos de bala en el hecho, dice que Fidel de Paula llegó
uniformado a la casa donde residían su ex-pareja y ex-suegra, junto a los niños
de dos y tres años que había procreado con Aurelina pasadas las 11:00 p.m. Tocó
su puerta y cuando Juana Báez le abrió le hizo varios disparos.
Emilia prosigue narrando que cuando Aurelina escuchó los
disparos huyó por la puerta trasera y llegó a su casa, ubicada al frente, donde
su esposo, Luis Arturo intentó refugiarla, pero el suboficial empujó la puerta
de la humilde vivienda, entró por la fuerza y tras una discusión disparó contra
este y su pareja uno de cuyos proyectiles alcanzó a su hijo de un año que
dormía en una de las habitaciones.
Tras cometer el hecho, Fidel de Paula huyó del lugar y su
cuerpo fue hallado colgando en la enramada de una finca cercana. La víctima
tenía en uno de sus bolsillos la pistola con que había cometido los crímenes, y
que está en poder de la Policía Nacional.
De acuerdo con la fiscal de Monte Plata, Gertrudis de la
Cruz, aunque el hecho aún se investiga, se estableció que el militar tomó el
arma de la casa de guardia de una de las estaciones del Metro de Santo Domingo,
donde prestaba servicio, y se dirigió a la citada comunidad.
Manutención
Entre los familiares y vecinos circula la versión de que
entre Fidel y Aurelina existía un conflicto, porque esta lo había sometido a la
justicia por el incumplimiento en la manutención de sus dos hijos, obligación
con la que este alegadamente no cumplía desde que se separaron.
Sostienen que el militar había dicho, tanto a las ahora
occisas, como a amigos y relacionados que le preocupaba el sometimiento, y que
le daría dinero cuando pudiera.
Amenazas constantes
Aunque el agresor ha sido definido como una persona
tranquila por sus vecinos, los familiares de Aurelina aseguran que amenazaba
constantemente con agredirla si esta no accedía a reconciliarse con él.
Afirman que era frecuente que le enviara cartas y mensajes
amenazantes cada vez que se separaban, situación que había ocurrido varias
veces. Agregan que no hablaba con ninguno de los allegados de las víctimas.
Hasta anoche, los cadáveres permanecían el Instituto
Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), donde se les practicaban los estudios
de rigor.
El menor herido permanecía ingresado en el Hospital Robert
Reid Cabral.
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